¿Por qué es importante el lenguaje inclusivo y no sexista en la comunicación empresarial?
La forma en que una empresa se comunica no es neutra. Cada palabra que elige refleja sus valores, su cultura y su compromiso con la diversidad y la igualdad. En un entorno profesional donde la inclusión se ha convertido en un pilar esencial, el lenguaje inclusivo emerge como una herramienta clave para construir espacios más equitativos, representativos y respetuosos con todas las personas.
Comunicar de forma inclusiva contribuye a crear entornos más igualitarios, mejora el clima laboral, refleja un compromiso con los valores éticos y de responsabilidad social, y potencia la imagen de marca. Además, atrae y retiene talento diverso.
Pero ¿qué es el lenguaje inclusivo y en qué se diferencia del lenguaje no sexista?
El lenguaje inclusivo es una forma de expresión que representa de forma equitativa a todas las personas, sin sesgos sexistas ni discriminatorios, busca incluir y visibilizar a todas las personas, independientemente de su género, identidad, orientación sexual, origen étnico, edad, discapacidad u otras condiciones.
Por su parte, el lenguaje no sexista evita reproducir o reforzar estereotipos de género y la discriminación hacia mujeres o personas no masculinas. Su objetivo principal es visibilizar a las mujeres y eliminar el uso exclusivo del masculino genérico.
¿Dónde se aplica el lenguaje inclusivo dentro de una empresa?
En toda la comunicación:
- Documentos internos (protocolos, correos, manuales, informes).
- Comunicación externa (página web, campañas, notas de prensa).
- Mensajes de atención al cliente y redes sociales.
- Anuncios de empleo, ofertas, entrevistas, formaciones.
¿Qué beneficios tiene usar lenguaje inclusivo?
- Mejora la cultura organizacional.
- Aumenta el respeto entre personas y departamentos.
- Fortalece la marca empleadora y la imagen externa.
- Previene conflictos derivados de discriminaciones o exclusiones.
- Impulsa la diversidad, equidad y pertenencia.
¿Qué pasos puedo dar hoy como profesional o empresa?
- Revisar tus correos, informes y plantillas.
- Modificar saludos y firmas.
- Evitar palabras excluyentes.
- Aplicar lenguaje neutro o colectivo.
- Iniciar un proceso formativo en tu organización.
A continuación, se exponen algunas alternativas para el uso correcto de un lenguaje inclusivo y no sexista en la comunicación de las empresas:
Resolvemos algunas dudas frecuentes…
¿No complica demasiado los textos?
No necesariamente. Con creatividad lingüística y práctica, es posible construir frases fluidas y comprensibles. Usar formas impersonales o neutras ayuda a evitar repeticiones innecesarias.
¿El uso de la “e”, la “x” o “@” es recomendable en entornos formales?
No. Estas fórmulas no están aceptadas por la normativa lingüística y pueden generar problemas de accesibilidad para personas con discapacidad visual o dislexia, además de ser difíciles de pronunciar. Se recomienda priorizar soluciones inclusivas gramaticalmente correctas.
¿El masculino genérico no es suficiente?
Diversos estudios han demostrado que el uso del masculino como genérico no consigue una representación mental equitativa. Las personas tienden a imaginar solo varones cuando se utiliza ese formato, lo que perpetúa desigualdades simbólicas y reales.
¿Solo se refiere a mujeres y hombres?
No. El lenguaje inclusivo debe también considerar a personas no binarias, a quienes tienen orientaciones sexuales diversas, a personas con discapacidad o neurodivergentes, y a colectivos cultural o lingüísticamente diversos.
¿Puedo usar emojis o elementos visuales inclusivos?
Sí, siempre que sean coherentes con el canal y el tono. Algunas empresas ya incorporan emojis de género neutro o ilustraciones diversas en sus comunicaciones.
¿El uso del lenguaje inclusivo es obligatorio?
La legislación no impone una forma específica, pero sí establece principios generales. Por ejemplo, la Ley Orgánica 3/2007 de Igualdad Efectiva indica que todas las administraciones y empresas deben promover un lenguaje no sexista.
¿Forma parte de los planes de igualdad?
Sí. Una medida frecuente es revisar los documentos y canales de comunicación para garantizar que emplean un lenguaje inclusivo, especialmente en empresas con más de 50 personas trabajadoras.





